Ciencia y Espiritualidad


Peter Russell

Peter Russell es autor de siete libros, entre ellos El Gestor Creativo, El Cerebro Global y Agujeros Blancos en el Tiempo, es el productor de videos ganadores de premios sobre estos asuntos. Está graduado por la Universidad de Cambridge en física, psicología e informática. En la India estudió meditación y filosofía oriental y, a su regreso, pasó tres años en la Universidad de Bristol dirigiendo la investigación sobre la psicología de la meditación. Desde entonces su principal enfoque ha sido la exploración y desarrollo de la conciencia humana, integrando los conocimientos orientales y occidentales de la mente, explorando su relevancia para nuestra evolución futura. Ha trabajado como consultor para diversas corporaciones internacionales sobre creatividad, desarrollo personal y temas medioambientales. Peter Russell habló sobre Ciencia y Espiritualidad en el Forum de Buena Voluntad Mundial, en Londres, en Diciembre de 1996. Se le puede contactar en I Erskine, Road, Londres NW3 3AJ, y muchas de sus ideas pueden encontrarse en su website"El Espíritu de Ahora".

La gente a veces pregunta por qué un físico se interesa tanto por las cosas espirituales. En lo que estoy interesado es en la verdad: la verdad sobre el mundo, el universo, el cosmos. La ciencia ha mirado en el espacio profundo, en el tiempo profundo, en la estructura profunda. Casi ha alcanzado los límites en cada dirección y con mucha seguridad ha visto que no hay lugar para Dios, ni necesidad alguna de Dios. El universo mecánico parece funcionar perfectamente bien, sin que un anciano arriba en el cielo necesite controlarlo. Sin embargo, lo que me llama la atención poderosamente es que ninguna religión jamás sugiriéra que Dios era un anciano en el cielo cuidando cosas. Si a Dios hay que encontrarlo en algún sitio, es dentro de la conciencia humana, en el reino de lo que yo llamo mente profunda. Sin embargo, la ciencia todavía no ha empezado a explorar seriamente la mente. La psicología comienza ahora a mirar a la mente, pero es más bien en la física de hace cien años que la gente, en ese momento, empezaba a ponderar la naturaleza del átomo.

La espiritualidad, por otra parte, toma el punto de vista opuesto. En toda religión la conciencia es lo principal. Un montón de las preguntas espirituales son sobre cómo el espíritu, la conciencia, o cómo quiera se le llame hace surgir el universo físico. ¿Cómo Dios crea la materia? La ciencia pregunta: "¿Cómo la materia crea lo conciencia?". Y la espiritualidad pregunta: "¿Cómo la conciencia crea la materia?". Éstos son dos enfoques completamente diferentes. Sin embargo, actualmente, creo que ambas se están cuestionando lo mismo.

El problema real para el paradigma científico actual es la conciencia. Nada en el modelo científico contemporáneo predice que los sistemas vivos serán conscientes. Y el paradigma científico actual no posee forma alguna de explicar cómo surge la conciencia en el universo. No obstante, una cosa de la cual estamos absolutamente seguros es de que existe la conciencia. Es algo que ninguno de nosotros puede negar en nuestras propias vidas. Somo seres con experiencias. Por conciencia, no quiero decir una forma particular de conciencia, sino justamente el hecho de que tenemos experiencia. Ustedes no son robots biológicos, al menos, yo asumo que no lo son. Ésta es una asunción que todos hacemos. Yo sé que estoy teniendo una experiencia subjetiva interna y tengo toda la razón para creer que todos ustedes también la tienen. Por lo tanto, lo que es cierto al 100%: es que la conciencia existe. Esta anomalía ha conducido a lo que algunos filósofos califican de dura cuestión: "¿Cómo algo sin conciencia como la materia hace surgir algo tan inmaterial como la conciencia?". Las dos no podrían ser más diametralmente opuestas.

Hasta la mitad de este siglo, en que varias cosas han venido a juntarse para forzar a la ciencia a comenzar a tomar conciencia seriamente, la conciencia ha sido puesta a un lado. Creo que ahora estamos en la segunda etapa del cambio de paradigma. La primera estapa es cuando se ignoran las anomalías. Y eso es lo que hemos hecho: hemos ignorado la conciencia. Ahora estamos en la segunda etapa, en la cual tratamos de explicarla en términos del viejo modelo. Como resultado de ello, existen varias escuelas de pensamiento en el momento en que los científicos, de todas las disciplinas, llegan juntos para tratar y explicar la conciencia. Algunos piensan que es algo que tiene que ver con los fenómenos de la teoría cuántica, otros buscan en la teoría de la información, la informática, la teoría del caos o la complejidad de las redes neuronales.

El Nuevo Paradigma

Lo que tienen en común estos enfoques es que ninguno de ellos ha conseguido todavía ir muy lejos. La ciencia nada está consiguiendo al tratar de comprender o explicar la conciencia. Me parece que la razón de ésto está en que todavía estamos pegados a un paradigma, que emergerá, no se ha formulado todavía. Pero creo que nos dirigimos hacia un punto de vista muy diferente; un punto de vista que quiere que ésto no sea ni el tiempo, ni el espacio, ni la materia, ni que la energía sea la realidad fundamental; más bien la conciencia de donde emergen el espacio, el tiempo, la materia y la energía.

Es interesante constatar que esta visión se encuentra en la mayor parte de las tradiciones espirituales. Particularmente estoy interesado en la filosofía de los Vedas que se apoya sobre la idea de que la naturaleza última del universo se encuentra en la conciencia. La aparente solidez de la materia no es más que una ilusión. Los filósofos orientales también hacen alusión de ella hablando de maya. Maya es traducida, a menudo, por ilusión, pero se podría traducir todavía mejor por quimera, que se aplica a las "cosas que no son como ellas parecen": nuestra manera de ver las cosas no es como son en realidad.

Si estudiáis las tradiciones Orientales, encontraréis la idea de que ésto que nosotros llamamos conciencia corresponde también a lo que llamamos Dios. En Occidente esta visión se ha perdido. En efecto, en la Edad Media, los que se proclamaban ser de Dios eran quemados en la hoguera. Era herético decir: "Yo soy Dios". Por lo tanto, la realización que el "Yo", la esencia más profunda de la conciencia, puede ser indentificado con Dios es un tema recurrente en casi todas las tradiciones espirituales, particularmente en sus aspectos más místicos. Aquéllos que adoptan seriamente este punto de vista y que se le integra por lo que sabemos ahora por la ciencia, la religión toma un aspecto diferente gracias al cual ya no hay conflicto con la ciencia.

Cómo la Luz ve el universo

El tema por el cual estoy particularmente fascinado es el de la luz. La idea de que Dios es Luz se resalta muchas veces en las tradiciones espirituales. En física, también todas las cosas de una manera vienen a parar al final en luz. Las interacciones en el nivel subatómico son un intercambio de fotones, que son un intercambio de partículas de luz. En un sentido muy real, la luz es tan fundamental en las tradiciones espirituales como en la física.

¿Qué sucede cuándo miramos el universo desde el punto de vista de la luz? Einstein mostró que la velocidad de la luz parece ser una constante universal. Por muy aprisa que uno se mueva, la velocidad de la luz es siempre exactamente la misma velocidad relativa para uno, ésto es, 186 millas por segundo. Incluso si uno se mueve a 185 mil millas por segundo. También mostró que cuánto más aprisa va uno, más lento pasa el tiempo y más corta se vuelve la distancia. Si uno, alguna vez, viajara a la velocidad de la luz, el tiempo en realidad se pararía y la distancia se reduciría a cero. Por lo tanto, desde el punto de vista de la luz, la luz vive en un universo en el cual no existen ni el tiempo, ni la distancia, ni la masa.

Desde nuestra percepción ligada a la masa, cuando observamos el universo, creamos espacio y tiempo en una cierta proporción, creamos 186 mil millas de espacio por cada segundo de tiempo. Es una ley de la manifestación de la conciencia, la cual interpretamos como la velocidad de la luz. En absoluto es velocidad, es la proporción de la creación de espacio y tiempo en el universo.

La Luz "ve" el universo de una manera muy semejante a como el místico lo ve. Las personas en un muy profundo estado de meditación describen su experiencia como aquélla en la que no existe tiempo alguno ni sentido alguno del espacio. Más que éso, hay una unidad y, en los muy elevados estados de conciencia, existe la experiencia de que no se está dentro de uno mismo. Todo ésto señala una nueva conceptualización de la realidad. Todavía no estamos ahí. Creo que justamente estamos viendo las piezas. Lo que me interesa es cómo las piezas están comenzando a juntarse. Y no se trata de un interés académico. Creo que la razón, de que tenga que ocurrir este cambio, es porque el antiguo paradigma materialista está arruinando hoy en día nuestro mundo. Considero que es éste tipo de conciencia el que nos lleva a destruir nuestro medio ambiente, a destruir nuestro hábitat y también destruye la mismísima calidad de nuestras propias vidas. También considero que es realmente importante que comencemos a realizar este cambio en nosotros mismos. Una vez más, es ésto lo que todas las enseñanzas espirituales han estado diciendo. El reto verdadero es que cada uno realice su práctica espiritual y, finalmente, llegar al conocimiento de que la conciencia es fundamental y que todo lo demás es una creación dentro de la conciencia.


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