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La Gran
Invocación: |
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Internet Arcano : La Gran Invocación : La Gran Invocación: Un Mántram para la NE y toda la Humanidad | Agosto 18, 1999 | ||
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"Busquen
la idea abstracta, subyacente en esta lnvocación. Está allí.
De su reacción a esta Invocación y de la capacidad de emplear sus frases
como "peldaños" que llevarán a ciertos niveles de pensamiento
abstracto hasta ahora no alcanzados, podré juzgar si están
preparados..." "El Discipulado en la Nueva Era", Tomo II, pág. 144
Desde
que La Gran Invocación vio la luz de la conciencia pública en abril de
1945, ha sido traducida aproximadamente a 75 idiomas y dialectos, y
distribuida a escala mundial. La Gran Invocación proclama el destino y el Plan para la humanidad de la entrante Era de Acuario. Es en sí una plegaria, una invocación, y un medio de alineamiento que proporciona afluencia espiritual directa desde elevados planos hacia el mismo corazón de la humanidad. En la aparente simpleza de este mantram se esboza el rol crucial de la humanidad dentro del Plan Divino, rol que asumirá cuando haya alcanzado su puesto insustituible de miembro enteramente activo del Triángulo Planetario que también incluye a Shamballa, el centro donde la Voluntad de Dios es conocida, y a la Jerarquía, el centro cardíaco y punto focal o avenida para el Amor Divino. En el corazón de este gran triángulo se yergue el Cristo, el Instructor Mundial, esperado por los seguidores de todos los credos y conocido bajo muchos nombres. La Gran Invocación, se nos dice, contiene la totalidad del nuevo enunciado y proclama del Cristo; es una herramienta dada a la raza humana para ser utilizada en la preparación de Su Segunda Venida. Nadie puede trabajar con esta Invocación o plegaria para la iluminación y el amor sin promover poderosos cambios en la propias actitudes, intención de vida, carácter y metas. Tal es el poder de este gran mantram que, cuando se lo emplea con regularidad y esfuerzo persistente en penetrar hasta su más recóndito propósito y significado, la propia vida experimenta un profundo cambio hacia una mayor utilidad espiritual. Es así como el espíritu de cooperación con el Plan Divino se gesta en la mente y corazón de quien trabaja inteligentemente con, y en nombre de La Gran Invocación. Consideremos entonces algunas preguntas ocasionalmente formuladas acerca de esta Invocación y el uso requerido de la misma. Todas las respuestas fueron extraídas de la literatura de Alice Bailey.
¿Cuál es el origen de La Gran Invocación? La
Gran Invocación fue dada a la humanidad por la Jerarquía Espiritual, el
conjunto de aquellos miembros de la raza que han triunfado sobre la
materia y alcanzado la meta de la maestría sobre sí mismos, por el mismo
sendero que hoy huellan los individuos. La Jerarquía Espiritual es el
resultado de la actividad, aspiración y logro humanos, ha sido creada por
la humanidad, de donde surgen sus miembros. Estos han alcanzado un control
completo sobre la personalidad o yo inferior. Ya no están centrados en la
conciencia individualizada sino que han accedido a un más amplio
reconocimiento de la vida grupal planetaria, la cual incluye todos los
estadios, desde el incipiente sentido de responsabilidad social del hombre
o mujer que da sus primeros pasos en el camino de la madurez espiritual,
hasta el inclu-sivo entendimiento del Cristo mismo. Se
conoce a los Maestros como los "Custodios del Plan". El plan es
la huella del Propósito Divino, y es para todas las personas de cada rincón
del planeta. Sólo puede ser realizado a través de la humanidad, aunque
la Jerarquía trabaja bajo la ley espiritual y nunca ejerce presión o
coherción sobre los seres humanos. La libertad individual,
particularmente la libertad mental, nunca es infringida. El
Plan se cumple guiado por el poder impulsor de la evolución misma. La
Gran Invocación fue ditundida con el propósito de acelerar el desarrollo
evolutivo humano. El proceso se realizó en tres etapas, y cubrió un
periodo de nueve años, los cuales incluyeron el evento físico de la
segunda fase de la Guerra Mundial. Como fruto de la colaboración entre
Alice Bailey y un Maestro Tibetano de la Sabiduría, "siete antiquísimas
palabras-símbolo" fueron traducidas al Inglés en frases
"comprensibles y adecuadas". Se nos enseña que estas siete formas simbólicas constituyen la nueva y completa afirmación del Cristo, un enunciado para los próximos 2000 años. Por ello se cita a La Gran Invocación como "el propio mantram de Cristo"
¿Por
qué La
Gran Invocación no fue impartida hasta el año 1945? La
Guerra Mundial, que ya por abril de 1945 estaba llegando a su fin, tuvo un
profundo efecto sobre todo el planeta. La guerra más superlativa de la
historia del hombre causó sufrimientos indecibles, pero también
literalmente provocó un explosión en la conciencia humana, abriendo sus
cauces con violencia como resultado de la destrucción de instituciones y
hábitos de vida antiguos y caducos, y de formas mentales cristalizadas
que mantenían a la humanidad en la prisión de la separatividad y el
materialismo, particularmente desde los tiempos de la Revolución
Industrial. La agonía de la guerra y el dolor y desconcierto de la familia humana llevaron al Cristo, en 1945, a tomar una gran decisión. Él surgiría una vez más al contacto físico con la humanidad si los mismos seres humanos logran efectuar los primeros pasos en el establecimiento de correctas relaciones humanas, y dio así al mundo una de las plegarias más antiguas que se conocen, pero que había estado reservada sólo para el uso de los más excelsos seres espirituales. El mismo Cristo pronunció La Gran Invocación por primera vez un Junio de 1945.
¿Quién
es el Cristo y por qué se invoca su retorno? El
Cristo es la cabeza de la jerarquía Espiritual de nuestro planeta:
"El Maestro de todos los Maestros y el Instructor tanto de los ángeles
como de los hombres". El Cristo pertenece a toda la humanidad, y no sólo
a las iglesias y credos religiosos del mundo . Trabaja para todos, sin
distinción de fe religiosa. No pertenece al mundo cristiano más que al
budista, judío, musulmán o hindú. En realidad, el nombre
"Cristo" es empleado en la Jerarquía como el título de un
cargo no limitado en lo más mínimo al accionar religioso sino
relacionado con la totalidad de los siete departamentos del trabajo jerárquico,
de los cuales la religión es sólo uno, siendo los demás los de
Gobierno, Educación, Ciencia, Filosofía, Psicología y Arte y Cultura. En
La Gran Invocación, el Cristo es invocado tal como se lo conoce en la
Jerarquía. Este mantram está destinado al uso tanto de personas de
inclinación religiosa como de aquellos que no profesan ningún credo. El
uso del nombre "Cristo" tal como aparece en La Gran Invocación,
no implica una limitación en el entendimiento espiritual, sino una
expansión. Es tal como deberá ser en la Nueva Era. Se
conoce al Cristo como el "Instructor Mundial", y es aquel gran
Ser a quien los budistas conocen como el Señor Maitreya, y los musulmanes
como el Iman Mahdi. Las palabras "Cristo" (del griego
"CHRIO"-"UNGIR") y "Mesías" (del hebreo
"MASHIAHH") remiten ambas al mismo significado: "el
consagrado", "el ungido" o señalado como sagrado.
Esta definición apunta al rol de Cristo como AVATAR: mensajero
divino que refleja el principio cósmico del Amor. Un Avatar es un ser
poseedor de una capacidad única para trasmitir energía o poder divino.
La raíz sánscrita "AVATAR" literalmente significa
‘’descender o llegar desde muy lejos", lo cual trasmite la idea
de protección superior. Avatar
es un evento o una corporización de un principio divino o cualidad
superior que busca anclarse en la Tierra. Sin embargo, esta necesidad debe
ser reconocida e invocada por la humanidad, mediante una concentración
masiva y unificada de propósito que logre precipitar el descenso del
Avatar. El establecimiento de un núcleo de energía persistente es la tarea constante de un Avatar, y su trabajo depende de la disposición de la humanidad para responder. Esta necesidad con frecuencia no se manifiesta hasta que los hombres hayan agotado todos los otros recursos. Es entonces cuando surge el impulso a la búsqueda de un Mediador o Intermediario divino, y esta esperanza y expectación se deslizan como por un hilo dorado a través de todos los credos del globo.
Si
Cristo nunca ha dejado a la humanidad, ¿por qué se dice que debe
retornar a la Tierra? En
realidad, Cristo no puede retornar, ya que siempre ha estado aquí en la
Tierra. Sólo puede reaparecer. Este aparente retorno será a la actividad
visible externa en cuestiones de índole concreta. Sin embargo, como ya
sabemos, "ver" y "reconocer" son dos cosas muy
diferentes. El Cristo será reconocido por los que posean la capacidad de
responder, de alguna manera y en algún nivel, a la cualidad crística, ya
que, de acuerdo con la ley, LO SEMEJANTE ATRAE LO SEMEJANTE. El
Cristo trasmitirá una energía divina que estimulará su correspondiente
principio en la humanidad, en la cual subyace profundamente oculto y
latente. Todo aquél que busca las relaciones humanas correctas se verá
automáticamente atraído hacia Él, pertenezca o no a una de las
religiones del mundo. Los verdaderos seguidores de Cristo son los que aman
a sus hermanos y no ven barreras entre la gente, ya que el mayor efecto de
la reaparición de este Avatar será la estimulación del espíritu de
inclusividad.
¿Cómo
saber cuándo retornará el Cristo? El
Cristo no será anunciado por proclamadores, nadie exclamará "ya está
aquí o allá", sino que será reconocido por todos aquellos en los
que el principio crístico, que es Amor, esté despertando. No concierne a
la humanidad el fijar el tiempo de Su reaparición, ni esperar ninguna
ayuda milagrosa o fenómeno inusual. El Cristo vendrá inexorablemente
cuando la paz haya sido restaurada en alguna medida, cuando el principio
de compartir esté al menos en vías de controlar los asuntos económicos,
y ni bien las instituciones religiosas y grupos políticos hayan comenzado
su proceso de limpieza. Si realizamos correctamente nuestro trabajo, Él
vendrá en el tiempo señalado. Cómo,
dónde o cuándo no es nuestro problema. "Por tanto vosotros estad
preparados, pues el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no penséis".
(Mateo XXIV - 44) Algunos
signos de la cercanía de Cristo pueden ser apreciados en el reciente
"Ciclo de Conferencias", en progreso particularmente en las últimas
décadas y organizadas a menudo bajo los auspicios de la Naciones Unidas
en áreas de problemáticas tales como los derechos humanos, las carencias
de los niños y mujeres, urbanismo y vivienda, crecimiento demográfico,
medio ambiente y desarrollo. La presencia de la energía de Cristo
constituye una fuerza atractiva que vincula y une para un BIEN COMUN. Este
espíritu se está haciendo cada vez más evidente con el aporte del Nuevo
Grupo de Servidores del Mundo, una agrupación subjetiva de todos los
hombres y mujeres de buena voluntad que trabajan activamente en nombre del
Plan. En todas las áreas de actividad humana, este Grupo se encuentra
trabajando en pos del establecimiento de relaciones humanas correctas, el
requisito fundamental para la reaparición del Avatar del Amor. La
Gran Invocación es esencialmente el mantram particular de Cristo, y su
sonido se ha hecho sentir a través del mundo entero mediante su propia
enunciación por Cristo, y por el uso que de ella hace la Jerarquía. Cada
discípulo debería hacer de su distribución, así como de su uso diario,
una obligación y deber primordiales, ya que esta Invocación puede ser
usada con profundo efecto en especial por aquéllos que han desarrollado
el hábito de la meditación, y como consecuencia poseen alguna habilidad
de concentración mental e intensa focalización. La contribución más
significativa de los que ayudan a preparar el camino de retorno del Cristo
es enseñar a la humanidad a usar este mantram, de tal manera que
eventualmente se convierta en una plegaria de alcance mundial, focalizando
así la demanda invocativa de la raza humana.
¿Qué
es una Invocación? La
Invocación y su inevitable respuesta, la evocación, describen ese
misterioso "algo" –emanación, apelación silenciosa, impulso
inherente hacia la luz– que es innato en todas las formas, y es la causa
de todo progreso o tendencia ascendente que conduce a lo largo del sendero
de la expansión de conciencia y penetración en la Luz. Esta verdad se
aplica a una planta abriéndose camino en la oscuridad de la tierra hacia
la luz solar, a un niño viéndose expelido del útero materno bajo la
influencia del impulso de vida, al ser humano afanándose por acceder a
planos de mayor conocimiento, al aspirante y discípulo avanzando
decididos por el camino de la liberación, y aún a seres más excelsos
penetrando en reinos de vida divinos más allá del alcance de la
comprensión humana. Todo ello es generado a través de la invocación y
evocación: el llamado y su respuesta. Esta
tendencia evolutiva de abrirse camino de la oscuridad hacia la luz, de lo
irreal a lo real, y de la muerte a la inmortalidad, es un urgencia
inherente a todas las formas. Es el impulso motivador de la evolución y
de la interacción de causa y efecto, ya que siempre obtenemos lo que
invocamos. El conocimiento de este hecho científico será una de las
grandes fuerzas liberadoras para la humanidad.
¿Por
qué La Gran Invocación es al mismo tiempo una plegaria y una invocación? La
Gran Invocación puede ser usada con especial efectividad por los que
poseen al menos un mínimo entrenamiento en la meditación. El discípulo
entrenado puede usarla simultáneamente en varios niveles. Pero La Gran
Invocación no es un ejercicio de meditación. Es esencialmente una
plegaria que sintetiza el más elevado deseo, aspiración y demanda
espiritual de la misma alma de la humanidad. Este reconocimiento debe
acompañar siempre su uso.
¿Por
qué cada una de sus cuatro estrofas hacen referencia a la Humanidad? En
la raza humana, el cuarto reino, mediador entre la amplia gama y variedad
de las vidas que componen nuestro planeta Tierra, todas las vidas y
aspectos del desarrollo evolutivo tienen su punto de encuentro. En él,
los reino subhumanos –mineral, vegetal y animal– llegan a su culminación
y los reinos super-humanos encuentran su oportunidad, ya que a través del
reino humano han pasado todas las vidas suprahumanas en algún estadio de
su pasado desarrollo. La
nota-clave de nuestro Logos planetario, el Señor del Mundo a quien
llamamos Dios, es "HUMANIDAD", ya que es la base, la meta y la
estructura interna esencial de todo ser. La humanidad misma es la clave
para todo proceso evolutivo y para un correcto entendimiento del Plan
Divino para nuestro mundo. Toda vida progresa hacia el estadio humano, se
encuentra en la actualidad transitándolo, o lo ha trascendido y dejado
atrás. La uniformidad de experiencia que ello instila hace posible el
arte de contacto con lo divino y la ciencia de la impresión. Todo lo que
vive sobre la Tierra ha sido, es o será humano.
¿A
qué alude con "la puerta donde se halla el mal"? Los
tres aspectos de las potencias divinas de Mente, Amor y Voluntad
encuentran su asidero en la humanidad misma, "el centro que llamamos
la raza de los hombres". Aquí y sólo aquí yace la promesa del
futuro, ya que sólo aquí pueden las cualidades divinas expresarse a sí
mismas y cumplir su cometido. Es sólo a través de la humanidad, sola y
sin asistencia (excepto por el Espíritu Divino que mora en cada ser
humano), que "la puerta donde se halla el mal" puede ser
sellada. No es Dios quien lo hace, ni es la Jerarquía quien fuerza al mal
a retroceder hacia el lugar donde se originó, ya que aquí La Gran
Invocación no se refiere al mal generado en los niveles cósmicos, y por
consiguiente fuera del alcance del radio de redención del hombre, sino a
aquél al que se le permite manifestarse como egoísmo humano, odio,
separatividad y materialismo. Es a la humanidad, quien lucha, sufre y
aspira, a quien se le ha encomendado la tarea de sellar la puerta, y ella,
se nos asegura, está a la altura del requerimiento. La responsabilidad
que comparten los Maestros, los más hábiles y entrenados en el uso de la
Invocación, consiste en focalizar y anclar las energías invocadas de
Luz, Amor y Poder en el reino humano. Desde ese punto, la humanidad está
capacitada para asumir la tarea.
Si
todas las líneas de desarrollo evolutivo tienen su punto de encuentro en
la HUMANIDAD, ¿por qué La Gran Invocación hace referencia a los
hombres? Puede
aquí resultar iluminadora una visita a ese libro tan oculto, el
diccionario. En idioma inglés, "MAN" (hombre) tiene su origen
en la palabra sánscrita MANU, que significa "ser humano", cuya
raíz, "MAN", es el verbo "pensar". "MAN"
(hombre) tiene el significado de "entidad pensante", o "el
que piensa". Este es un punto altamente significativo que no se
asimila a la noción de género sexual, sino más bien a aquel aspecto que
es común a todos los miembros del reino humano, y que data a la humanidad
con un factor tan clave en la evolución, LA MENTE. La
primera estrofa de La Gran Invocación
invoca a
la Luz
que se origina en la
Mente de Dios, una luz que busca un canal de entrada a nuestro planeta con
el propósito de la redención de la sustancia planetaria por medio de la
intercesión de la mente humana. Es la mente lo que constituye la base de
la separación. Sin embargo, MANAS, inteligencia creativa, es la llave del
portal del quinto reino de la naturaleza: la Jerarquía o Reino de las
Almas. La
mente es tanto un factor de limitación y de separación como de contacto
con reinos internos y superiores. Es el registro de toda suerte de
impresiones. La responsabilidad fundamental de la humanidad es la de
actuar como un gran agente de impresión en relación a los tres reinos
sub-humanos de la naturaleza: animal, vegetal y mineral. El
destino de la raza humana es ser el exponente, el intérprete o
representante de la Mente de Dios. De allí la relación tan cercana entre
la primera estrofa, que invoca la LUZ que afluye desde la Mente de Dios, y
la cuarta, que invoca la restauración del Plan Divino sobre la Tierra a
través del esfuerzo cooperador de la humanidad. Es al rol del hombre como
mediador y redentor, a la entidad pensante y receptora de luz, a quien se
dirige La Gran Invocación.
¿Qué
es la "Raza de los hombres"? "RAZA"
en el sentido en que se emplea en La Gran Invocación alude a un estadio
evolutivo. La raza de los hombres es uno de los tres centros planetarios:
Shamballa, la Jerarquía y la Humanidad. La íntima relación entre estos
tres centros permite una serie ininterrumpida de impresiones, relacionando
un centro con otro y desarrollando la Ciencia de
Invocación y Evocación. Shamballa actúa como centro coronario
–centro de recepción y de dirección– de nuestro Logos planetario, la
Jerarquía es el centro cardíaco –centro de Amor inclusivo, cohesión y
circulación de la energía portadora de vida; y la Humanidad constituye
el centro laríngeo, el principal agente creativo sobre nuestro planeta. La
característica primordial de la raza humana en su actual etapa evolutiva
es su capacidad para desarrollar sensibilidad inteligente a la impresión.
"La raza de los hombres" incluye a aquellos que son sensitivos a
la impresión originada tanto en los niveles "superiores" como
en los "inferiores" al humano. A medida que la humanidad se
vuelve experta en invocar la impresión jerárquica, las civilizaciones y
culturas creadas por el hombre van incrementando su adherencia al Plan.
Vemos una vez más emerger otra razón por la cual se adjudica importancia
al centro que llamamos la raza de los hombres, y una indicación de la
crisis de la humanidad, ya que el hombre ha llegado a un punto tan
avanzado de desarrollo y despertar intelectual que ya nada podrá detener
su progreso hacia el conocimiento, el cual podría ser usado
irresponsablemente o aplicado en forma egoísta si no se tomaran medidas
de protección.
¿Por
qué se describe a las voluntades de los hombres como "pequeñas"
si es tan necesaria la cooperación consciente del hombre para que el Plan
comience a producir sus efectos sobre la Tierra? La
voluntad personal es la que busca sostener y apoyar en el ser humano la
ilusión de la existencia independiente y separada. La "pequeña"
voluntad del yo inferior data al hombre con el instinto de la
autopreservación y autoafirmación. La voluntad de la personalidad está
gobernada por la mente inferior, analítica y apegada a la forma, y el
deseo es la contraparte emocional de esta voluntad. Cuando
la mente inferior es puesta en contacto con el principio mental superior
abstracto por intermedio del antakarana –el puente en la conciencia
creado por la meditación y el servicio– la voluntad humana se torna
agente del Plan, demostrando tal dedicación para servirlo a cualquier
precio, que este Plan va siendo gradualmente comprendido. Tan profunda es
la energía de la voluntad pura que sólo un pensador coordinado y
consagrado es capaz de registrarla y dominarla, debido a que la voluntad
espiritual es una expresión de la Ley del Sacrificio.
¿Cuál
es el periodo de tiempo indicado para el uso de La Gran Invocación? Se
nos dice que La Gran Invocación tiene un símbolo en los archivos de los
Maestros que indica la era o período en la historia humana durante el
cual puede y debe ser empleada. Debido a que es el propio mantram de
Cristo, su completa expresión o enunciado para la próxima Era, podemos
suponer que el período de su uso abarcará el próximo intervalo de 2000
años. Es una plegaria grupal para toda la humanidad de la Era de Acuario
y por lo tanto puede ser usada como una invocación de la misma manera que
como una oración. La
humanidad ha alcanzado un punto crítico en la evolución. La inteligencia
humana está en la actualidad tan profundamente despierta que se ha vuelto
inevitable el progreso hacia áreas de conocimiento cuyo uso incorrecto y
aplicación egoísta pueden resultar peligrosos si nada se hace por
salvaguardar al hombre de sí mismo. Él debe ser instruido para ser capaz
de responder a valores más espirituales y elevados, de otra manera el
estado de integración en incremento de muchos millones de seres humanos
será simplemente dirigido, con mayor efectividad, hacia propósitos
individualistas y materialistas. El aspecto forma de la manifestación
–mente, emoción y cerebro– debe ser encauzado hacia sus principios
correspondientes: sabiduría, amor y propósito dirigido. La
responsabilidad de implementar el Plan de Amor y de Luz sobre la Tierra le
corresponde a la humanidad. Con relación a ello se nos presenta la
oportunidad de triángulos, una actividad meditativa en la cual grupos de
tres individuos se unen diariamente en conciencia, pronunciando La Gran
Invocación y visualizando las energías de Luz y Buena Voluntad irradiándose
a través de toda la red planetaria de triángulos. Esta red subjetiva
facilita las avenidas de ingreso por donde la Luz, el Amor y la Voluntad
de Dios pueden circular con intensidad creciente e incrementada vitalidad,
promoviendo la transformación de la vida humana y el establecimiento de
una era de correctas relaciones humanas. La
Gran Invocación proporciona, como resultado de su correcto uso, un
influjo espiritual que proviniendo de las más elevadas fuentes de
espiritualidad llega directo al corazón mismo de la humanidad. Mediante
la recepción, uso y distribución de La Gran Invocación, la raza humana
está siendo partícipe de un evento cósmico de importancia
transcendente. La
Era entrante traerá a los discípulos y aspirantes espirituales una
comprensión cada vez más profunda y renovada de la potente energía que
encierran las "Palabras de Poder", tales como La Gran Invocación.
Apoyado en un entendimiento del ritual, y a través del empleo de la
potencia contenida en el sonido, el discípulo del futuro trabajará y
construirá el nuevo mundo, con su cultura y civilización. Mediante el
estudio de los valores tonales, los índices numéricos, y el poder
inherente en las Palabras de Poder, la humanidad a su debido tiempo
adquirirá habilidad en la construcción de formas y en la generación de
actividades grupales que expresen verdaderamente el Plan. Ya hemos
comprendido cómo las más intrincadas y complejas verdades pueden ser
reducidas a fórmulas científicas mediante el uso de unos pocos símbolos
y signos. Una palabra o palabras también pueden proporcionar el
"poder de corporización" para realidades espirituales. Como
dice la Biblia, "Dios habló y los mundos fueron creados". Tal
es el potencial espiritual contenido en La Gran Invocación cuando es empleada con exactitud, comprensión de su origen divino y la
cualidad del alma de la verdadera humildad.
"El
Discipulado en la Nueva Era", Tomo II, pág. 143 "Bien
podemos maravillarnos de su significación inherente, y a medida que
profundizamos la reflexión quizás captemos una vislumbre de la tremenda
responsabilidad que aceptó el Tibetano al esforzarse en plasmar en lengua
inglesa una expresión de esta Invocación. Su
preparación para esta labor exigió tensiones y el desarrollo de
capacidades que apenas caben en nuestra imaginación. Después de casi
treinta años de activa asociación con el Maestro, la señora Bailey
estuvo calificada para asistirlo en su redacción. Recuerdo
muy bien la tensión de aquellos días anteriores a la mañana en la que,
apenas después de asomar el sol, la señora Bailey trajo ante mí las
palabras de esta Invocación tal como fueran recibidas del ajustado
dictado del Tibetano. Había sido con toda probabilidad el momento de
mayor unificación alguna vez logrado entre ambos."
Foster Bailey, "The
Beacon" ("El Faro"), Junio-Julio 1951 "Producir
La Gran Invocación requirió una preparación especial para el mismo
Maestro Djwhal Khul, y una cuidadosa precipitación, palabra por palabra,
en el cerebro de A. A. B. La Invocación, tal como es empleada por el
Cristo, no tiene expresión posible en lengua inglesa. La obtención de
este mantram demandó una tensión especialmente elevada en todos los
sincronizados vehículos de A.A.B., la cual fue inducida por el mismo
Tibetano. Todos sus centros superiores estaban abiertos y en pleno
funcionamiento. La traducción de La Gran Invocación al Inglés fue
realmente un logro de transcendente importancia, del cual el Maestro
estuvo notoriamente satisfecho. ¿Quién podría presumir de ser capaz de
mejorarla?"
Foster
Bailey, "En línea con el Plan de Dios" Texto
proporcinado por la Red de Unidades de Servicio y |
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